Arquitectura es cuestión de armonias, una pura creación del espíritu. Empleando piedra, madera, hormigón, se construyen casas, palacios; eso es construcción: el ingeniero trabajando; pero en un instante, tocas mi corazón, me haces bien, me siento feliz y digo: esto es hermoso, esto es arquitectura, el arte entra en mi.

Le Corbusier
(…) Él amaba la tierra sin tomar en cuenta los alambrados. Era una sola y ancha y fecunda tierra y bastaba con subirse al techo de la casa para mirarla a la puesta del sol, por ejemplo, y darse cuenta que le pertenecía a cada uno hasta donde alcanzaba la vista, y aun mas allá hasta donde daba el mundo, con un hambre y una propiedad distinta que no reconocían mas cercos o alambrados que los que fijara uno en su corazón.
“Mi madre andaba en la luz” Haroldo Conti.

Sólo recibiendo de la arquitectura emociones, el hombre puede volver a considerarla como un arte.
Mathias Goeritz



"La grandeza y el misterio del mundo se sienten mucho mas (...) al lado de una ventana pequeña que nos permite centrar nuestra atención y percibir como un relámpago de asombro el `mas allá´, sustancial de esa grandeza y ese misterio. Tan infinita es una gota de agua como el firmamento."

Eladio Dieste.






(Foto: Casa Dieste)